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La clasificación del café por cualidades exige gran práctica aunque nos llegue ser una ciencia. La educación del paladar es el punto principal. Se sabe que todo órgano o sistema orgánico se perfecciona por el uso metódico. El punto esencial es conocer exactamente la definición básica de cada descripción y fijarla, ya que cada una de ellas influirá en el precio del producto. Un buen clasificador debe tener gran agudeza de los sentidos. La vista, el gusto y el olfato son los más importantes para juzgar la consistencia del grano. El tacto sirve para estimar su consistencia. Aún el oído se utiliza para apreciar el estado de secación por el ruido que producen los granos al caer unos sobre otros. La degustación, o sea el acto de probar, requiere utilizar del sentido del gusto, el cual debe ser el más desarrollado para poder diferenciar las diversas sanciones.